Y tiro porque me toca

Cuando llega la primavera todo cambia. Es lo mismo que principio de año pero sin frío. Empiezas a ver el sol, los pajaritos cantan y las nubes se levantan. Te despiertas todos los días con el buen rollo que es de día. Dejas a un lado el burca y los leotardos y empiezas a mostrar tu cuerpo serrano… “Uy, bastante serrano”- piensas. Te miras al espejo y de golpe te ves inflada, los brazos de camionero, la barriga de embarazada, las piernas deformadas y ya ni hablar de la celulitis… ese tatuaje transparente que parecen olas del mar. Entonces, es cuando piensas en el verano, que se acerca imparable y te entra la necesidad imperante de quitarte esos kilos que te trajeron los reyes por haberte portado tan mal. Y te dices a ti misma. “tranquila, aún hay tiempo. ¿Qué día es hoy? Viernes. Perfecto, el próximo lunes me pongo a dieta”. Y como aún faltan unos días para el lunes, aprovechas y te vas al supermercado para preparar tu gran, súper megafiesta total de despedida de los dulces. Compras chocolate, golosinas, helado, todo tipo de repostería, chips, coca-cola, pizzas y todo aquello que no vas a poder comer a partir del lunes. Ese fin de semana es apoteósico. Comes como si nunca lo hubieras hecho antes.

Tu barriga te dice:

-¡Basta!

Y tú tranquilizadora le contestas:

– Aún queda un rinconcito en tu interior, piensa que no vamos a poder comer todo esto a partir del lunes y… claro, luego te vas a arrepentir por no haberlo aprovechado.

Y  continúas comiendo y comiendo hasta el punto que apenas puedes moverte ni respirar ni hablar. Vas al lavabo arrastrando los pies, pues el peso y la gravedad no te dejan levantarlos del suelo y ahí intentas descargar y te pasas media hora descargando, con un dolor de tripa que te estropea el fin de semana tan fantástico de despedida de dulces.

Llega el lunes y te levantas para ir a trabajar. Recuerdas lo del régimen pero estás tan hecha polvo que decides dejarlo para otro día. Y te preguntas: “¿Para cuándo? “

– Perfecto, ya lo tengo, el próximo lunes.

Y de lunes a lunes, tiro porque me toca.

Por fin un lunes te decides a probar la primera dieta y te das cuenta que no funciona. Vaya, habrá que probar con otra. Así que de la dieta de la alcarchofa pasas a la del cucurucho, a la del sirope, a la del limón y por último… ¡a la de la madre que te parió!

Y de dieta a dieta, tiro porque me toca.

Y entonces, es cuando una amiga que tiene un tipo estupendo, es esbelta, alta, guapa, pija… en fin, que lo tiene todo y que nunca ha tenido problemas de obesidad, te dice:

–          Nena, parece mentira que no sepas que los regímenes no sirven de nothing. Tienes que ir al gimnasio a hacer Aero Dance, Cardiobox, Step Tonic, Gap y Ars Corpore. Es lo último de lo último. Y te vas a poner estupenda en un mes.

Yo perpleja, ante tanto léxico desconocido, le digo:

–          Interesante… Probaré.

Y ya me ves, yendo al Decathlon a comprarme mi nuevo vestuario de mallas, calentadores, zapatillas de deporte especiales para gimnasio, nuevos sujetadores, camisetas de lo más chic. Vamos, que me lo paso bomba comprando nuevo vestuario.

Y cuando llego al gimnasio y veo a todas aquellos cuerpos macizos y duros como una piedra, y el mío que sólo con saltar parece que las carnes sufran un terremoto de lo que llegan a moverse, me empiezo a sentir pequeña, muy pequeña…

Y empieza la sesión del aeróbic. Me digo a mí misma “Parece fácil. Hay que seguir la música. Bien… me digo, esto está chupao”. Pues me equivocaba. La música empieza a toda hostia y la instructora no hace más que gritar en un lenguaje numérico (no entiendo yo qué pintan aquí las mates…) y todos al mismo compás siguen la música como clones robotizados. Pero qué facilidad tienen. Y yo, pobre de mí, que hago los pasos bien pasados. Vamos que cuando los demás van por el tercero yo empiezo con el primero.

Y por fin acaba mi primera sesión. Los demás de pie, enteros… Y yo jadeando como un perro en el suelo. Me digo: “No, No… esto no es para mí. Prefiero la liposucción”.

Salgo a la calle con mis frondosidades carnales y es increíble los hombres cómo de repente me suben la autoestima perdida entre aquellos cuatro hierros del gimnasio. Parece que todos se hayan puesto de acuerdo: desde los coches, por la calle, desde las obras, en las cafeterías… De piropo a piropo y tiro porque me toca. La primavera es la estación más sexual y primitiva. ¿Y te preguntas? Joder, ¿por qué coño no me pasa esto en invierno, cuando más deprimida estoy? Y recuerdas lo del burca. ¡Claro!

Al final llegas a la conclusión que ni dietas, ni gimnasio ni de . ¡A disfrutar de la primavera, que la sangre altera!


9 Respostes to “Y tiro porque me toca”

  1. jajajajajajaja es veritat, per a que patir tant…cadascú es com es. Si es vol mantenir el tipo primer de tot una persona s’ha de automotivar-se a seguir un règim cada dia de l’any, mitjanament sa i s’acabat el patir. O sea! ni pijas ni prototipos perfectos que te aconsegen,jajajaj.
    Mens sana, in corpore sano.

  2. Buenisimo el monologo viene que ni pintado para esta estación, no hay que sufrir y si quieres dieta fàcil ejercicio y no comas tanto màs claro el agua ajajja pero, enserio, me partido de risa con el monologo 😀 mola mucho esta sección espero ver màs como este :).
    Una abraçada i petons.

    • Celebro que t’agradi David. I el fet que t’hagis decidit a explorar dins aquesta selva turquesa em fa especialment feliç!!! Endavant, David! Les teves sàvies paraules són benvingudes en aquest racó del sentiment.

      • Me alegro que te pongas tan contenta, si porqué todavía no había tenido de meterme en la piel de mi estrella esploradora con ganas de meterse de pleno en la selva turquesa y gràcias 🙂 por considerar, según tu, sàbias mis palabras :Djajaj cuando no son màs que mi opinión de adolescente a medias jejej. Una abraçada daurada i petons

  3. és ben divertit , i ben real , no ens conformem mai amb el que tenim , si prims o no prims tots voldriem el que no tenim , uf !! , menys els que viuen feliços dins el món dels que s estimen tal i com són… petons!!!

  4. Déjà vu, real como la vida misma ;-))

  5. l’escrit molt ame, simpatic i real. Pero, a mi no em passa…jo he fet dietes i ho he aconseguit sempre, i no s’em ha fet dificil, i el dia que em passo, a l’endema torno a fer bondat.

  6. Claro que sí !! el truco es comer un poquito menos de todo, menos de lo que te gusta… verdad? 😉

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